La primera y la segunda

Dios le dio la Primera Alianza para los Judios. Los Judios hizo el Arca de la Alianza y les dan instrucciones. No he visto esta Arca, pero sé que era hermosa. Dios le dio instrucciones y tenemos que escuchar.

Tengo buenas noticias. Jesús nos da el Segundo Pacto. Él fue el sacrificio perfecto y él venció a la muerte. No tenemos que sacrificar corderos, pero tenemos que aceptar a Jesús como el Mesías. Cuando aceptamos a Jesús entonces estamos limpios delante de Dios.

Éxodo 25:10-21

 

¹⁰ »Haz un arca de madera de acacia, de un metro con diez centímetros de largo, setenta centímetros de ancho y setenta centímetros de alto. ¹¹ Recúbrela de oro puro por dentro y por fuera, y ponle en su derredor una moldura de oro. ¹² Funde cuatro anillos de oro para colocarlos en sus cuatro patas, dos en cada costado. ¹³ Prepara luego unas varas de madera de acacia, y recúbrelas de oro. ¹⁴ Introduce las varas en los anillos que van a los costados del arca, para transportarla. ¹⁵ Deja las varas en los anillos del arca, y no las saques de allí, ¹⁶ y pon dentro del arca la *ley que voy a entregarte.
¹⁷ »Haz un *propiciatorio de oro puro, de un metro con diez centímetros de largo por setenta centímetros de ancho, ¹⁸ y también dos *querubines de oro labrado a martillo, para los dos extremos del propiciatorio. ¹⁹ En cada uno de los extremos irá un querubín. Hazlos de modo que formen una sola pieza con el propiciatorio.
²⁰ »Los querubines deberán tener las alas extendidas por encima del propiciatorio, y cubrirlo con ellas. Quedarán el uno frente al otro, mirando hacia el propiciatorio.
²¹ »Coloca el propiciatorio encima del arca, y pon dentro de ella la ley que voy a entregarte. 

Salmos 50:5

 «Reúnanme a los consagrados,
    a los que pactaron conmigo mediante un sacrificio.»

 

 

Jeremías 31:31-34

 

³¹ »Vienen días —afirma el Señor— en que haré un nuevo *pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá. ³² No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo —afirma el Señor—.
³³ »Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi *ley en su *mente, y la escribiré en su *corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. ³⁴ Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el Señor—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.»